Este edificio transformado en tribunal en el s. XIX alberga hoy la oficina de turismo, en la cual se ve una interesante exposición sobre el sistema penal antaño vigente. Gracias a ella sabrá, por ejemplo, que hacia 1850 un niño de 14 años podía ser condenado al exilio en Australia por robar un par botellas de cerveza o que una mujer podía ser obligada a llevar una especie de bozal por hablar en demasía...