La configuración actual de la Praça de Dom Pedro IV, escenario habitual de los autos de fe organizados por la Inquisición, es obra del marqués de Pombal. A su alrededor se levantan edificios de los ss. XVIII y XIX ocupados por cafés y pequeños comercios que aún conservan su decoración original. Es el caso del Nicola, con su fachada arte decó, o el estanco recubierto de azulejos de la fábrica de Rafael Bordalo Pinheiro. El centro de la plaza está ocupado por la estatua de Pedro IV y dos fuentes barrocas.