Esta espléndida finca, antaño propiedad de los duques de Devonshire, incluye una imponente villa palladiana del s. XVIII rodeada de extensos jardines trazados en la misma época y salpicados de estatuas y caprichos. Richard Boyle, tercer conde de Burlington (1694-1753), conocido por sus talentos de arquitecto, proyectó su residencia en los años 1720 inspirándose en la villa Capra, también conocida como la Rotonda, que Palladio realizó en Vicenza.