¿Un restaurante con carácter donde se exalte la cocina mediterránea sin cerrarse a otros sabores? Vete reservando mesa en Almo (llamado hasta hace poco AlmaMater), un local que busca, por todos los medios, que puedas vivir en él una auténtica experiencia gastronómica.Las grandes cristaleras de la calle dan paso a un negocio de línea joven y actual, repartido en dos plantas, donde se apuesta por una cocina de mercado y maridajes clásicos pero sin ataduras, ya que el chef Juan Guillamón se permite algunas licencias para incorporar a la cocina de sus raíces los distintos sabores que ha ido conociendo por el mundo; no en vano, trabajó seis temporadas en el equipo de cocina de la escudería Ferrari y llegó a ser el chef personal del embajador británico en España. La equilibrada carta, con platos como la Sardina ahumada con vinagreta de lechuga de mar o el Cabrito a baja Tª, taboulé de hierbas y crema de zanahoria madrás, se ve apoyada por un menú degustación que solo sirven a mesa completa.